miércoles, 3 de agosto de 2011

Retratando Mundos


Aunque genéricamente hablamos del retrato como si se tratase invariablemente de la fotografía del rostro de una persona, su esencia va mucho más lejos. Un retrato implica la participación de muchos elementos y la perfecta armonía de todos ellos. Desde el equipo a emplear hasta la complicidad del modelo, debemos tener en cuenta que todos los detalles son esenciales y que el fallo de uno solo puede echar por tierra el resultado final. Y es que si hay una imagen que transmita un sentimiento, esa es un retrato.




Para captar dicho sentimiento es importante tomar en cuenta varias recomendaciones.

Primeramente, es importante que nuestro sujeto se vea bien, que resalten las cualidades del mismo. Esto lo podemos lograr al combinar y jugar con la iluminación, el fondo, la composición y perspectiva.


Por ejemplo, si lo que queremos es resaltar facciones de un rostro o ciertas cualidades que sobresalen, lo que nos ayuda son las sombras pues también aportan un mayor volumen al rostro.



Otro factor muy importante, es que el fondo jamás debe competir con el sujeto, pues por ningún motivo deseamos que le reste atención o que se llegue a confundir y el centro de interés quede difuso.

Una manera de restarle importancia al fondo es con una apertura mayor del diafragma para que la profundidad sea muy poca y en primer plano nos quede nuestro hermoso modelo.

Otra opción parecida es desenfocar el fondo o bien, lo más conveniente, usar un fondo liso y de un color neutro.



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Iluminación

La iluminación es un punto clave para obtener un buen retrato y tenemos diversas opciones.

Si la fotografía es en interiores, la luz rebotada del flash sobre una pared o el techo nos otorga un efecto muy suave.

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También existe algo llamado difusor que nos sirve para suavizar la luz, este efecto se puede lograr fácilmente cubriendo con un pañuelo blanco la fuente de luz. Es muy importante recordar que por cada doblez del mismo, hay que abrir un paso el diafragma.

Si las fotografías se realizan en estudio es importante saber lo siguiente:

La disposición básica de iluminación en estudio implica dos luces: una luz principal ( a la izquierda de la cámara a unos 45º) y una luz secundaria menos intensa que suaviza las sombras (a la derecha a unos 45º de la cámara).
Un esquema con el que se obtienen resultados más glamourosos que con el esquema anterior (45º/45º) es con un reflector con paragüas sobre la cámara y otro de relleno a la derecha.

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No hay que olvidar que con la luz natural podemos obtener resultados sorprendentes. La luz proporcionada por el Sol al final del día es muy apropiada.

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Otra recomendable fuente de iluminación natural son las ventanas. Podemos colocar a nuestros sujetos cerca de la ventana, y utilizar una cartulina blanca como reflector de relleno.

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Referencias:

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